Por medio de tensas conversaciones,
en el mundo,
a la 25 horas,
se declaró la guerra a la paz,
se abrieron las escotillas de los tanques
y se cerraron las aulas de clases.
El presidente llamó frenéticamente
a armarse en contra de la paz,
a olvidar el pasado
y
arrendar nuestras conciencias por un trozo de pan.
Cuando los niños cumplan tres años y medio,
se les llevará al servicio militar,
quitandole los ojos e instalando unos nuevos,
no se aceptarán visitas, ni cartas, ni lagrimas de sal.
Luego de anunciar el plan de guerra,
se dijo enfáticamente que a los opositores se les suprimirá las raciones de te,
y serán expulsados del recuerdo de sus amadas.
Yo, apague la radio,
atónito y perplejo caminé a la ventana que muestra la calle,
vi la desesperación,
pero también vi el jubilo de la mayoría.
A patadas abren la puerta de mi hogar,
situado en la segunda rama de un nogal,
me tomaron ocho tipos y me inmovilizaron,
me instalaron maquinas en mi cabeza,
uno de ellos,
el más viejo y mas calmado
les dio la aprobación a los demás,
encendieron el artefacto. Mi cerebro fue invadido por finos cables que jugueteaban al compas de mis sinapsis.
Otro de ellos me pregunta, con voz decidida y seca "¿eres tu parte de las disidencias de la voluntad de las mayorías?" luego de responder todos miramos al más viejo, la maquina arrojó los resultados, el se sentó, sacó un cigarro y leyó por unos minutos la resolución entregada.
Mi corazón latía mas fuerte que nunca,
el miedo se apodero de mi,
apretandome e inmovilizandome.
Finalmente pronunció la resolución: "según tu conciencia, nos mentistes", otro de ellos me sacó el aparataje. Uno de los hombres, flaco, con lentes, saca de un maletín una serie de hojas, solo alcanzo a leer que se trata de un reglamento, lo lee en voz alta: "desde hoy serás privado de tus raciones de té, y del recuerdo de tu amada" hace una pausa, me mira con compasión y mira a sus camaradas, y continuó "escríbase, declárese, y cúmplase".
Inmediatamente ellos te fueron a buscar,
tu dormías hermosa en nuestra habitación,
antes de despertarte me preguntaron amablemente si quería presenciar esto,
yo, sin dudarlo, asentí.
En mi percepción, el tiempo se detuvo,
y mis recuerdos me bombardearon como yo me había resistido hacer.
Verte durmiendo por primera vez, con tu cara manchada de ternura y paz, la misma que hoy se esconde para no ser eliminada.
Te amarraron de brazos y pies,
tu te despertaste, me miraste y no entendías nada.
Te inyectaron un tranquilizante que no te hizo efecto,
como pudieron instalaron la maquina con una nueva configuración, tu gritabas y yo no podía hacer nada, la maquina comenzó su función y las lagrimas no avisaron cuando se asomaron en mis ojos.
Poco a poco tu mirada cambió,
sabía que no eras la misma,
me habían borrado de tu mente,
ya no existía en tu vida.
Los hombres te soltaron y dejaron rápidamente la habitación,
uno de ellos me miró pidiendome perdón con sus ojos,
tu te levantaste enseguida de la cama,
me saludaste cortésmente y te marchaste del hogar
y así mismo, también te marchaste de mi vida.