domingo, 12 de agosto de 2007

...catarsis...


Camino por la calle, alguien me persigue, insinuó que soy como un dios para mis entrañas, cada cual sabe que bocetos dibujar y que música sintonizar a las tres de la tarde, en el lugar mas somnoliento del paseo ahumada.

Cuando abro la puerta de la nave, salen tres hombres, cada uno vestido con capas negras y flores bordadas con hilos de marfil, me hablan, me abrasan, y me besan. Entiendo que en su planeta la fraternidad no es prueba viviente del absolutismo.

Cuando abro la puerta de la nave, baja una mujer, ¡es que puedo olvidar como hablar, como caminar, incluso como enternecerme con las estrellas! pero jamás me olvidare de tus ojos, tiernos y amables, sinceros y suaves. Tú bajas de la nave, enaltezco tu figura, te construyo templos con pilares y pinturas hermosas. Luego me doy cuenta que todo es más simple, sin pedir que sea fácil, quererte ya no basta.

¿Y que sucede cuando en la vereda bailan las gaviotas? ¡Mírame!, ya no soy el de antes. ¡Descúbreme! ya no estoy en el mismo lugar. ¡Háblame! ya no digo las mismas cosas. ¡Tómame! ya no sientes lo mismo.

¡Corre! Entre las paredes y el cielo, salta sobre la corona, y deja atrás libros y baúles, esquiva a los camiones y serpientes, destruye las bolsas de comercio y planta pinos gigantes.

¡Vuela! Entre las nubes y zorzales, mira a los edificios desde arriba ¿tienen el mismo aspecto de arrogancia?

Ya cuando desciendas de tu catarsis, cuando sientas que el ruido se va lento y estés segura que no volverá, siéntate, cierra los ojos, concéntrate, piensa en nosotros, y vuelve hacerlo… ¡corre!...¡vuela!...

1 comentario:

Anónimo dijo...

las personas mas distintas son als mas especiales*

panchiitaa