Si supieran como nace la vida
Se abrirían las ventanas y se cerrarían las puertas,
Despertarían a todos los enfermos
Y les comentarían el secreto frágil.
Como abominables hombres de la ciudad
Estos despertarían y comenzarían a caminar,
Entre nuevas victorias y horribles derrotas
Nos hablarían como si nos pidieran perdón.
Será recién entonces
La pérdida de los ojos,
Esos que comienzan cuando muere la vida
Y respiramos aires del subterráneo.
Quieren comenzar diciendo
Que habitaremos sus claustros,
Nos encerraremos
Y nos amaremos entre nosotros.