martes, 22 de junio de 2010

El Tren de la Histeria


Hoy se enarbola desde el centro de la pereza
Una puerta semi abierta y manchada con tintas de bestias sangrientas
Que instruyen a la ciudadanía desgarrada
La educación devastadora de los ciclos verdes;
¿podré entonces llorar de nuevo?.

El presente es el germen vivo de la acción
Que asesina a los capítulos finales de la historia,
Ellos aclaman la esperanza vagabunda,
Ellos piden tesoros incontables para sobrevivir
“Ellos somos todos los ciegos y discapacitados de fraternidad”
Ellos, finalmente, no lloran.

¡hasta donde seguirán los trenes de la histeria!
Las expectativas corren junto a mi ventanilla
Y me sonríen para buscar fuerzas
Mientras todos, al otro lado del vidrio,
Les miramos sin decir ninguna palabra.

Un cataclismo llega para salvar a los ahogados del mar intruso,
Todos miramos desde la orilla sin decir ni hacer nada,
Para cuando están todos a salvo,
Los que mirábamos
Ahorcamos nuestras manos en las plazas publicas de nuestros hogares,
Ahí estarán nuestras extremidades hasta nuevo aviso
O hasta que el monarca de cada conciencia dicte lo contrario.

Una vieja canción rescata al ser perdido
¡al humano lejos de la humanidad!
“hubo una vez un hombre llamado hombre
que aborto la cabeza de otros hombres
y entre todos ellos no supieron como diferenciarse”
¡ahí murió! Ahí murió todo el cielo rebozante de estrellas
para convertirse en techo frágil de azotadores y azotados,
ahí murió la montaña ¡reina de lo terrenal!
Para convertirse en granos de minerales sedientos de dinero.

Nadie será liberado
Porque la señorita
Anda buscando amantes
Para pasar noches de olvido
¡la libertad camina embriagada por la ciudad del espanto!

Ahora la vieja canción,
La puerta semi abierta,
Y el bucólico cataclismo
Están desaparecidos... ¡ausentes!.

martes, 1 de junio de 2010

El caso de la Utopía


La historia está declamando en auténtica locura:

¡ay de todas las caravanas utópicas!

Pobres de ellas que caminan

Creyendo el ideal cuento

De su imposibilidad ilimitada.

Mas los patéticos hombres

Se pierden en su astucia moral

Avanzando por caminos bestiales

Arrancando todas las hojas finas.

Yo, podrido en las antesalas finas

Distingo a la violenta utopía;

No son distancias económicas

Ni dioses justos que habitan el cielo

¡no!

Es el amor ,el espejo roto del hombre

Que camina con los pasos encantados,

Convidando a desgarrar ¡nuevamente!

Su inocencia de prejuicios incontenibles.

¡el amor es la utopía más violenta, voraz y desconocida!

¿pero quienes son las utopías? ¿de donde nacen? y ¿porque les gusta vestirse de conciencia?... las preguntas fueron de nadie.

Sin tener otros asuntos

Caminaré hasta las cornisas azules

Que pueblan los nuevos sitios de nadie.

Estaré, sin duda, en el lugar de las sabanas limpias

En donde las utopías mas descarnadas

Serán la realidad al acecho:

¡ahí gritare sin dignidad!

Cuando sea el entonces, mirare sin bajar mis ojos,

Cuando sea el entonces, entenderé cuan limpio estamos,

Cuando sea el entonces, el amor llegará limpio del tiempo

Para renacer sobre las montañas de pieles

Grabando su nombre sin espías ni carteros.

El amor, las mas horrenda utopía,

No imposibilita a nadie;

¡la destrucción de las utopías

son la rémora del tiburón!